está más que encantada con Lucas, el segundo hijo del matrimonio Casillas-Carbonero después del no menos encantador Martín. Lucas ya tiene un mes de vida y a sus padres se les sigue cayendo la baba con el pequeño —y lo que les queda.
Sara Carbonero por lo que pareceAhora, Sara ha compartido con sus seguidores una fotografía en la que se le ve dando el pecho a Lucas. De esta manera ha querido contar cómo está siendo la experiencia de recibir al pequeño en el seno de la familia y cómo está afectando a cada uno. La imagen, como todo lo que rodea a la periodista, ha causado un gran revuelo en las redes sociales, con los típicos comentarios a favor y en contra de compartir imágenes tan íntimas.
Lo ha hecho en una entrada de su blog Cuando nadie me ve, en un bonito artículo que ha llamado “Mi pequeña gran revolución“. Y lo más emotivo ha sido leer a la madre relatando los “celos” del primogénito hacia su hermano pequeño:
“Para mí, sin duda, lo más complicado de estas primeras semanas con los dos peques en casa han sido los celos de Martín. Difícil porque yo no estaba preparada para ello. Me habían hablado del tema, de esos arrebatos incontrolados que a veces acaban en pellizcos al bebé, pero nadie me había contado que de un día para otro, a mi hijo le cambiaría el carácter radicalmente. No me habían hablado de su tristeza.
Los tres primeros días fueron así. Martín estaba triste, hasta el punto de que me pedía irse a la cuna temprano y se quedaba allí solo mirando al techo, pensativo. No quería saber nada de nadie. Esa escena me rompía el corazón. Puede sonar exagerado pero a pesar de estar inmensamente feliz con la llegada del bebé, un sentimiento de culpabilidad me rondaba, por no poder dedicarle ya todo el tiempo a su hermano mayor. El príncipe había sido destronado.
Afortunadamente esta tormenta emocional no ha durado demasiado. A base de hablar mucho con Martín, de explicarle la situación con cuentos y ejemplos, de tratar de que se implicara en las en las rutinas del bebé (me ayuda a cambiarle el pañal, a bañarle…) ha ido mejorando muchísimo. Ahora nada más despertarse busca a Lucas por toda la casa, cuando llora le da besos en la cabeza y le pregunta qué le pasa. Aún así, no me puedo despistar un segundo porque continuamente vuelan por la casa juguetes y muñecos que van directos al bebé. Pero la mayor parte del día están juntos en armonía.”
¿Qué os parece a vosotros? Contádnoslo en los comentarios.
Para padrazos, os dejamos con la historia de este padre no se dio cuenta de que había enviado a su hija a la guardería… olvidando una parte importante de su vestuario.