con el extraño aspecto actual de esta actriz de Salvados por la campana que nos dejó a cuadros, o el repaso que hemos dado al aspecto actual de aquellos míticos “triunfitos“, incluyendo los sorprendentes casos de Beth o de Verónica…
El tiempo no trata a todos por igual, para bien o para mal. Lo hemos podido comprobar recientemente,Sabrina, cosas de brujas fue el nombre con el que se conoció en España a esta serie de ficción estadounidense basada en los cómics Sabrina, the Teenage Witch. La serie se centraba en las aventuras de Sabrina Spellman —interpretada por la inolvidable Melissa Joan Hart—, una estudiante de 16 años que vive con sus dos tías Hilda y Zelda Spellman —Caroline Rhea y Beth Broderick respectivamente— y su gato parlante Salem Saberhagen —con la voz original de Nick Bakay.
La serie fue uno de los mayores éxitos de Antena 3, con unos enormes índices de audiencia durante toda su emisión, y convirtió a Melissa Joan Hart en una verdadera estrella internacional. Sin embargo, desde que finalizara en 2003, la actriz ha estado en un discreto segundo plano, trabajando ocasionalmente pero sin haber vuelto a dar con un papel tan carismático como el de la joven bruja.
Contrajo matrimonio con el guitarrista de Course of Nature Mark Wilkerson en 2003, y los preparativos para la boda, la cual se llevó a cabo en Italia, fueron documentados en una miniserie de televisión titulada Tying the Knot. Melissa y Wilkerson tienen tres hijos, nacidos en 2006, 2008 y 2012 respectivamente.
La actriz cumplió recientemente cuarenta años, y para celebrarlo se sometió a un duro programa de ejercicios y régimen de alimentación para recuperar la figura que nos enamoró en la década de los noventa. Además, ha compartido los resultados con todos sus seguidores en su cuenta de Instagram, y todos han aplaudido lo guapa y feliz que se la ve:
Eso sí, parece que el tiempo ha sido algo más cruel con el apuesto Nate Richert, que interpretaba a su novio en la serie. Hace poco volvimos a saber del actor, que después de la serie no ha trabajado apenas en el mundo de espectáculo, y su cambio es, cuanto menos… llamativo.