Gracias a un artículo de Vice Sports hemos vuelto a saber del niño más fuerte del mundo, que ya ni es tan niño, ni tiene la tableta de chocolate que lucía con tan solo ocho años, fruto de las siete horas de entrenamiento diario que, según confiesa, practicaba cuando aún tenía edad de jugar con los Playmobil.
Pero todo cambió en la vida de Richard Sandrak cuando su padre, un ucraniano obsesionado con el fitness, entró en prisión por agredir a su madre…
El joven, que ahora se gana la vida como doble de acción en películas de Hollywood, recuerda su infancia como un período en el que sólo comía legumbres, dormía en el suelo y se pasaba el día en el gimnasio con sus padres.
También habla sobre la polémica que levantaron sus fotos, y que puso a la comunidad médica de uñas por las consecuencias de tantas horas de entrenamiento en un cuerpo tan joven y sin desarrollar… él deja claro que todo aquello fue bajo su consentimiento, y que sus progenitores nunca le obligaron a hacer nada que él no quisiera.
Ahora Richard sólo quiere terminar sus estudios para trabajar como físico cuántico en la NASA y seguir disfrutando de una vida relativamente normal… sin tener dormir dentro de un gimnasio, eso sí.
Aquí tienes el vídeo en el que el joven narra su historia.
Fuente: Vice Sports.
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Por cierto, ¿os acordáis del niño de Jumanji? Pues su aspecto actual es… bueno, mejor lo veis.