Después de una dedicada labor de investigación, la novia de este pobre hombre dió con la solución al enigma. En retrospectiva, echarle la culpa al gato no fue tan buena idea.
Nos identificamos con este hombre porque creo que a todos nos han entrado ganas de hacer esto. El FIFA, lo carga el diablo.
Y vosotros, ¿hasta dónde habéis llegado… por frustración?