Todos conocemos historias en las que alguien –generalmente un amigo de un amigo– se levanta una mañana sin recordar nada… y con algún tatuaje donde antes no había nada. El protagonista de estas historias seguramente le echa la culpa a los chupitos de tequila de la noche anterior, ¿cómo si no le parecería tan buena idea decorar su cuerpo con algún extravagante dibujo? ¿O tan mala a la mañana siguiente?
Pero a veces la culpa no es de ese mal consejero que es el alcohol… a veces el problema es a quién le encargamos el trabajo. Un consejo: si encontráis a alguien que os hace un tatuaje a domicilio, aseguraos de ver antes otros ejemplos de su trabajo. No os vaya pasar como a la protagonista de la última historia viral.
En las redes se ha compartido con un comentario que hace alusión a la ortografía de la “víctima”… pero por muy mala ortografía que tenga, que os hagan semejante chapuza es una putada bien gorda.
Juzgad vosotros mismos:
¿Qué os parece a vosotros? Contádnoslo en los comentarios.
Os dejamos con la historia de esta chica que salió fiesta por Magaluf, y se despertó con esta inquietante frase tatuada en el culo…
… y con la de este chico drogado fan de Pokémon que intentó tatuarse a Charmander y… bueno, mejor lo véis.