A todos nos ha pasado: es tarde, estás en la cama a oscuras y en completo silencio, esperando a conciliar el sueño, cuando el niño de los vecinos de arriba deja caer una canica al suelo. A altas horas de la madrugada. ¿Cómo es posible?
O eso es lo que parece… lo más probable es que no haya niño —o que no esté despierto a esas horas— ni canicas ¿Qué sucede en realidad, entonces?
Se trata de una canica ¿imaginaria? que rebota varias veces, primero con botes grandes que se van haciendo cada vez más y más pequeños… hasta que finalmente se detiene. Es un sonido inconfundible que todos hemos escuchado, a veces incluso cuando estamos seguros de que en el piso de arriba no hay niños… o a veces directamente no vive nadie. La explicación es que en realidad ese sonido aparentemente inconfundible no lo produce una canina al caer.
Os presentamos el pulso de joukowski o “golpe de ariete“. Se trata de un sonido que se produce en realidad en las cañerías, por culpa del efecto con ese curioso nombre. Y se produce cuando se cierra bruscamente un grifo al final de una cañería. Cuando esto sucede, el agua trata de continuar su camino y se comprime, generando una presión adicional. Esta presión en el agua se ve modificada aumentando en unas zonas y disminuyendo en otras, y este movimiento ondulatorio es el que produce este ruido tan característico.
Aunque estos golpes son inofensivos —solamente son bastante molestos—, a gran escala pueden ser peligrosos. Por ejemplo, en las tuberías que vienen de los pantanos hasta las ciudades, podrían generarse presiones demasiado altas que pueden llegar a romper la propia tubería.
La solución a este “golpe de ariete” consiste básicamente en añadir a las válvulas una tubería en vertical como vía de escape para el agua —y las molestias “canicas“.
¿Qué os parece a vosotros? Contádnoslo en los comentarios.
Os dejamos con 26 vecinos a los que jamás querrías encontrarte en el ascensor, ¡especialmente al #17!