La madre de Leyre decidió enviarle una carta a los profesores de su hija después de las vacaciones, y se ha convertido en unos de los virales que más lo ha petado últimamente.
La carta ha tocado la fibra sensible de los que ponen en duda la eficacia de los deberes para el desarrollo de los niños. Y es que últimamente se debate mucho sobre si los niños tienen demasiadas horas lectivas como para encima tener que terminar el trabajo en casa.
Los padres lo sabéis muy bien: los alumnos españoles pasan una media de 6,5 horas semanales dedicadas a los deberes frente al 4,9 por ciento de media en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Y a pesar de esto, uno de cada 10 alumnos de 15 años no alcanza el nivel de conocimiento considerado como básico por el organismo.
¿No sirven los deberes?
Es una de las razones por las que la gente se está haciendo una pregunta muy sencilla: ¿No sirven los deberes? Para unos son una medida educativa muy necesaria que fomenta y recompensa el esfuerzo de los alumnos… pero para otros es un abuso fruto de la descoordinación que, además, es uno de los culpables de acrecentar las desigualdades entre los alumnos.
Desde luego, llama la atención que países cuyos sistemas educativos son considerados los mejores del mundo, como Finlandia o Corea del Sur, son los que tienen una menor carga de deberes: 2,8 horas a la semana en Finlandia, y 2,9 en Corea.
La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos o CEAPA, que representa a 12.000 asociaciones de familias, lleva tiempo insistiendo en la eliminación de los deberes. “El factor fundamental es la desigualdad: que a mi hija la sancionen o le bajen la nota si no hace los deberes o los hace mal es echar la pelota en el tejado de los padres, y no todos tienen el mismo nivel o pueden tener la misma dedicación horaria“, explica Jesús Salido, su presidente. Si la solución pasa por academias o profesores particulares, para Salido supone que “quien tiene dinero es quien puede seguir progresando“.
Salido adelanta que están preparando “una petición al Ministerio de Educación para que nos expliquen cuál es la base legal por la que un profesor puede tomar medidas o sanciones en función de lo que ocurra fuera del aula. Sabemos que no la hay“.
El caos y la desorganización que veía en la carga de deberes de sus tres hijos llevaron a la madrileña Eva Bailén a poner en marcha una petición en Change.org con la que identificaron muchos padres y que se hizo viral rápidamente. Ya hay cerca de 400 peticiones activas en la plataforma que piden a distintos centros educativos un protocolo para “racionalizar” la carga de deberes de los niños.
Y no es que Bailén esté en contra de los deberes, pero opina que “no se pueden justificar dos horas de trabajo después de las clases“. En su opinión, tampoco debería ser la opción por defecto, y cree que los profesores deberían tener en cuenta los ritmos de aprendizaje de cada niño: “los deberes no deberían ser iguales para todos los niños“.
La regla de los 15 minutos:
El filósofo y experto en educación José Antonio Marina también opina que los deberes están normalmente mal planteados. Propone la aplicación de una sencilla “regla de los 15 minutos“: comenzar desde Primero de Primaria con 15 minutos de tareas, cuatro días a la semana. En total, una hora de trabajo a la semana. “A partir de ahí ir subiendo un cuarto de hora cada curso, de manera que cuando se llegue al último curso de Primaria se tendrían seis horas de tarea a lo largo de toda la semana“. Sencillo y seguramente más razonable que el modelo actual.
Colegios sin deberes, ¿de verdad existen?
Algunos centros han hecho caso a la petición de Bailén y han establecido un protocolo de “racionalización” de los deberes. Por ejemplo, el Colegio Berruguete de Valladolid, que estableció esta política en respuesta a las movilizaciones de los padres.
Otros casos, como el del Colegio Príncipe de Asturias de Madrid venían ya practicando esta política: no se mandan deberes hasta 5º de Primaria.
Pero hay muchos otros centros y profesores que no se toman tan bien el debate. A una madre le han sugerido que lo que tiene que hacer es borrar a su hijo de las extraescolares. “Yo me he negado. A mi hijo le libera hacer balonmano. Para él es un placer“. Por este y otros motivos ha terminado por cambiar a sus tres hijos de colegio. A pesar de ello, cree que la batalla ha merecido y merece la pena.