La profesora Mini Jensen nunca pensó que su afición casi le costaría su puesto de trabajo. Jensen, residente en Utah, Estados Unidos, se había aficionado a hacer deporte para olvidar un complicado divorcio. En el gimnasio conoció el culturismo, y se aficionó a ello. Poco a poco empezó a sentirse mejor consigo misma, y como tanta otra gente quiso compartir los progresos en su cuenta de Instagram. ¿Grave error por su parte?
Algunos padres de alumnos suyos descubrieron estas fotos suyas entrenando, y presentaron una queja al director del centro porque entendían que una profesora no debería posar con tan poca ropa. Después de estas quejas, el director le dio tres opciones a la profesora: borrar las fotos, ponerle candado a su cuenta de Instagram o ser despedida. Y esta fue su respuesta:
¿Por qué mis derechos están siendo violados? Esto es algo entre los padres y sus hijos. Pónganle restricciones al menor. Si no están cómodos viendo mi ropa de entrenamiento entonces prohíbanle eso a su hijo. No me lo prohiban a mi.
Después de esta declaración tan sensata, que se volvió rápidamente viral, el centro pidió disculpas a la profesora y pudo seguir impartiendo clases.
Aquí puedes ver algunas fotos que la profesora comparte en su cuenta de Instagram:
¿Os parece para tanto?